jueves, 13 de diciembre de 2012

"SMOKE", el valor de una buena historia.


SMOKE-totoyalfredo



El humo es el el que guía esta cinta de encuentros y reencuentros. Paul un escritor últimamente desatinado va a diario al estanco a comprar sus dos cajetillas de tabaco diarias. Allí Auggie reina entra un variado conjunto de sujetos con una única afición: fumar. Un día Paul distraído, cruza la carretera sin alertar la presencia de un camión, es entonces cuando Rashid un joven de color le ayuda. Paul agradecido con éste le ofrecerá cobijo durante un tiempo. A través de estos tres personajes se sucederán historias, unas ancladas en el pasado y otras tejiéndose en el presente, sobre su propia condición. Y por puro azar se trabará una amistad que tendrá como fin limpiar esas asperezas que padecen en su día a día.


Paul Auster es un conocido novelista residente en un barrio de Brooklyn. Smoke fue su la primera vez que codirigió, según que fuentes, un guión completamente suyo. El éxito de la cinta propicio una secuela, rodada en apenas 6 días llamada Blue in the face. Dada la inexperiencia como director contó con la ayuda de Wayne Wang (irregular director, es fácil estimar ésta como su mejor obra) para una mejor puesta en escena, dada su mayor pericia. Es interesante ver como el guión de la cinta es notablemente alterado durante el desarrollo de ésta (para hojearlo, tarea muy interesante para los cinéfilos pinchar aquí ). Por ejemplo: como aparece ahora la nueva  división episodica  o la supresión de ciertas situaciones que puedan ralentizar el ritmo  (como conversaciones con los camareros sobre que comida pedir). El mismo monólogo final sufre un cambio radical tras la sala de montaje (pasando de intercalarse escenas de barrio en el guión a un pleno protagonismo de Harvey Keitel que se vale con sus recursos de interpretación para recrear su cuento de navidad  de manera redonda). Por tanto, es importante considerar que estas alteraciones, supongo que de Wang, son aciertos clarísimos que enriquecen a la cinta. La cinta se estrenó en 1995 y dada la necesidad que muchos tienen de clasificar las cosas por géneros podríamos considerarla una entrañable comedia dramática.







El ritmo de la cinta es realmente acertado, Wang y Auster se centran en largas conversaciones entre los personajes que mediante a una sabia elección de planos jamás atoran la narración. El plano/contraplano escasea y cuando es utilizado lo hace con mucha gracia. Asimismo no se corta la acción de los diálogos en un innecesario número de planos sino que permite a los actores demostrar su capacidad mediante sus recursos (encuadrando, según la escena, a varios actores incluso a distancias no tan habituales). Es el resultado una  mezcla de conversaciones salidas de un teatro contextualizado en Brooklyn y una gasolinera. No es que no existan planos cortos o cerrados es que el uso de éste siempre es enfático y está justificado, no como en otras producciones más comerciales. Esto propicia una variedad, mediante perfectas composiciones, que lejos de lastrar el ritmo lo enriquecen, lo cual se agradece.

                
Fragmento que lejos de mitificar el tabaco crítica la tendencia a la restricción de las libertades individuales:

 

               VINNIE
  (Takes cigar out of his mouth
   and looks at it with disgust)
 I should stop smoking these damn things is what
 I should do. The fuckers are going to kill me
 one day.

  AUGGIE
 Enjoy it while you can, Vin. Pretty soon,
 they're going to legislate us out of business
 anyway.

  VINNIE
 They catch you smoking tobacco, they'll stand
 you up against a wall and shoot you.

  AUGGIE
  (Nodding)
 Tobacco today, sex tomorrow. In three or four
 years, it'll probably be against the law to
 smile at strangers.




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Cole enseña a Raschid la externalización de su turbulento pasado.



Pasando ahora a hablar del increíble elenco de actores. William Hurt como Paul Benjamin, esa visión literaria que tiene el autor de sí mismo, está perfectamente contenido haciendo que las reacciones del actor a los momentos o recuerdos más trágicos no sean burdas sino naturales y creíbles. Harvey Keitel nos deleita con su Auggie. Keitel que durante el primer lustro de los noventa nos regaló no pocas interpretaciones memorables repite aquí al mismo nivel. El actor que rodó con Scorsese en NY películas como Malas Calles o Taxi driver se convierte en un personaje mucho más amable de sus registros habituales. Siendo ahora  el propietario de un estanco al que sinceramente todos los fumadores querrían conocer. Keitel da el clavo en el papel, un hombre maduro de vuelta de todo que se encontrará de repente con el pasado. Su personaje vitalista consigue al final conmover. El otro peso pesado (aunque con menor presencia) es Forest Whitaker. El actor que interpreta al padre de Rashid (Harold Perrinau no sólo no desluce en comparación con los otros sino que consigue empatizar con el público con facilidad) nos regala un personaje atormentado que pese a estar rehecho tampoco puede olvidar su pasado, éste  se muestra humanizado en la figura del hijo.


HurtyKeitel-totoyalfredo
Dos hombres muy dispares unidos por algo más que un montón de cigarrillos.


Abarcaré ahora el contenido de la cinta para que los todavía escépticos y los que ya hayan visto puedan compartir conmigo mi visión de la cinta. Intentaré tratar muy someramente los aspectos más concretos de la cinta pero en este instante recomiendo su inmediata visión.

La cinta en todo momento se centra en homenajear al barrio de Brooklyn, siendo fácil comprender como esa esquina entre la calle 3 y la avenida octava se conforma como un muestrario de las relaciones humanas. No hay pocas alusiones, siempre conciliadores, a la difícil convivencia racial que conviven en la siempre cosmopolita city. Son esas fotos que Auggie guarda las que atestiguan el paso del tiempo. Un proceso  que los personajes principales aceptan con resignación. Es entonces donde la película se muestra como una reflexión sobre el mismo siendo los personajes catalizadores de un sentimiento universal. Sólo Rashid emprende una búsqueda para el desarrollo de su devenir, aunque vinculada a su pasado. El devenir de la película funciona pues como la medición del humo de Sir Raleigh, con la que se presenta la película, antes de entrar en el personaje de Paul. Como bien nos muestra la escena del tabaco, cada capítulo  parte de los lazos de ese pasado por el personaje que lo protagoniza y es sólo en convivencia con la comunidad, no siempre de manera positiva, como los resuelve. 


                                     Pequeña entrevista con Paul Auster en la actualidad:



Paul encontrará pues la inspiración gracias a Auggie pero la estabilidad social será por fortuna de Rashid. Éste incentivado por Paul partirá en busca de una meta (conocer a su padre) y aprenderá, a través de la literatura, los valores de ésta. Mientras que Auggie conciliará su pasado con Ruby sin obviar el autoengaño tal y como aprenderá de los anteriores. Se establecen así la relación de amistad entre unos personajes de lo más variopinto. El nexo de unión serán los  "robos" que han determinado el estímulo para el cambio de cada personaje (dinero, una cámara y un cuento). 

Finalmente, la cinta llega a un monólogo, este se basa en una anécdota real que fue transcrita por el propio Auster (al igual que el personaje de Hurt) siendo esta la inspiración del escritor para la cinta. No somos conscientes hasta final del relato, menos si no conocemos ciertos datos aquí expuestos, de su visión metaficticia . Esta que define todo el objeto de la cinta sólo es posible comprender a través del siguiente diálogo:

 
           PAUL 
 Bullshit is a real talent, Auggie. To make up a
 good story, a person has to know how to push
 all the right buttons.
  (Pause)
 I'd say you're up there among the masters.

  AUGGIE
 What do you mean?

  PAUL
 I mean, it's a good story.

  AUGGIE
 Shit. If you can't share your secrets with your
 friends, what kind of friend are you?

  PAUL
 Exactly. Life just wouldn't be worth living,
 would it?

Es aquí donde Auster esconde el valor de una verdadera historia. No es relevante la veracidad o existencia de tales relatos, cómo jamás sabremos si Auggie miente; es irrelevante. El arte , en general, y el cine, en particular, es un instrumento para contar buenas historias, necesarias obviando el carácter de  ficción,  irrealidad o "embuste" que suponga. Queda pues la capacidad de contar algo pero para ser un buen maestro hay que tocar bien todas las piezas, Auggie lo hace como los maestros pero SMOKE lo hace igual de bien sino mejor. El cierre con Tom Waits, mediante cierto deje irónico nos lo recuerda cantándonos con su áspera voz: "You are an innocent when you dream, when you dream". Siendo ahora capaces de valorar las imágenes que lo acompaña desde una perspectiva artística pero presumiblemente falsa, siendo compinches de una realidad que de existir sólo el propio Auster es conocedor de ésta.




Finalmente no es trivial (como tampoco lo fue "Los niños del paraíso") recomendar Smoke en esta época.   El motivo es ese cuento navideño, momento mágico, que lejos de los intragables sucedáneos con moralina habituales nos ayuda a encontrarnos tal y como somos. Esto en tiempos tan críticos como los que padece nuestra sociedad es algo necesario, puede que falso sí, pero imprescindible. Dudo que a estas alturas sea necesario decir que me encanta, sólo le veo un pequeño pero, tras verla dan muchas ganas de fumarse un buen cigarrillo viendo como el humo se eleva y, puede, que veamos una manifestación de nuestra propia alma.








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