viernes, 19 de octubre de 2012

10 Clásicos musicales del cine I : Ennio Morricone.

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Inicio con esta entrada un nuevo tipo de artículo en Toto y Alfredo. En estos artículos propongo un ejercicio de interacción y reflexión con las grandes -conocidas o ignoradas- bandas sonoras de la historia del cine. Para ello utilizaré 10 cortes de diferentes BSO que tengan algo en común, por ejemplo il "maestro" Ennio, música indígena o grandes canciones rock en el cine. Me gustaría que en los comentarios mostraseis vuestra opinión sobre estos cortes: que os trasmiten, que os parece respecto a su uso en la cinta o lo que más os guste. He decidido comenzar con Ennio -sin ánimo de redactar el enésimo artículo biográfico, para eso pinchar aquí- dada no sólo su popularidad, su variedad, su influencia en el mundo de la música en el cine; nada de eso, he elegido a Ennio por la magia que desprenden  esas "tracks" orquestales que erizan el vello al mas indolente. Cierto es que en sus más de 500 colaboraciones abundan trabajos alimenticios o menos inspirados (siempre se me viene a la cabeza el anodino trabajo realizado en la divertida "Atáme" o el quizás sobrecargado en exceso en "Agachate Maldito"). No hay duda que Ennio es uno de los grandes, de hecho personalmente quizás el más variado y rico autor cinematográfico  No hace mucho leí en un blog de música clásica los reparos que Welles y Kubrick ponían a utilizar música que no fuera clásica (ya de los directores "dogma" ni hablamos, que no añaden música en absoluto) y cómo éstos utilizaban con fines distintos estas composiciones para que sus obras  sean más solemnes o incluso con humor ( Véase "El Proceso", "Barry Lyndon" o "La naranja Mecánica") fue uno de ellos (Welles si mal no recuerdo) el que sólo valoraría el uso de música compuesta ex profeso si era a cargo del italiano, acusando la incapacidad de los compositores coetáneos de crear algo digno -o con la variedad y extensión- de las obras clásicas. Volviendo al inicio, mi intención con estos artículos también estriba en reivindicar la música de el y en el cine , al revés que ciertos autores, y la influencia que han tenido en la sociedad ésta, incluso trascendiendo la música de la cinta en la que se albergaba (Por ejemplo desde "Grease" a "El último emperador" pasando por "Titanic").

El bueno, el feo y el malo. 1966.


Ennio Morricone llevaba varios años cuando de repente emergió como un abanderado de la música en el cine. Acostumbrado al estancamiento del Western americano fueron unos cuantos directores (rodando los exteriores básicamente en Almería y los interiores en los míticos estudios de Cinecittà, paradojicámente quieren ser -o han sido- demolidos en pos de una irrefrenable operación inmobiliaria) decidieron romper los arquetipos consagrados, posteriormete sobrexplotados, de los personajes que encarnaban ideales básicos como el bien, el heroísmo, la maldad, la justicia o la honradez. La música de aquellas cintas acusaba de un segundo plano -en la mayoría de los casos- y solían caracterizarse por unos títulos de crédito iniciales -a veces repetidos al final- con canciones americanas típicas (country e incluso cánticos mineros). Ennio hizo lo contrario, permutó aquellas canciones populares en grandes composiciones orquestales; fue el gran compositor del nuevo subgénero: Spaghetti Western. Destacaron aqui sus colaboraciones con Sollima, Corbucci,Petroni y muy especialmente Sergio Leone. A continuación el éxtasis del oro (ejercicio del in crescendo y fantásticamente acompañada de voz y coros) acompañamiento de uno de los mejores planos secuencia de la historia del cine en una película sobre la aventura, la picardía, la guerra, los ideales y con un concepto de violencia estilizada y artística como nunca había habido hasta Leone.





Once upon a time the west. 1968.


Fue también con Leone (y pese a las reticencias de éste para rodar otro western) cuando llegó esta obra culmen. Aquí la orquestación dejaba en muchas ocasiones paso a uno de los elementos característiocs de Ennio: los instrrumentos "exóticos" a los que se añadían otros que ni siquiera lo eran; el plano secuencia inicial de la cinta juega el montaje con curiosos elementos:  la caída intermitente de una gota de agua, el vuelo de una mosca, el crujir de la madera y el silencio de un hombre que mira la horizonte esperando un tren  que parece nunca llega. Estos se combinaban con unos planos que se alternaban cada vez más rápido pero de forma estudiada para que durante 20 minutos se creará una claustrofobica y desesperada melodía. También (como en la anterior) se utilizó una melodía para cada personaje y en sus encuentros concurrían ambas melodías von resultados apoteósicos. Una de las más aclamadas es la de Charles Bronson y esa lastimera armónica que nunca acompaña nada bueno y oculta un cruento secreto.




Sacco y Vanzetti. 1971.

Montaldo nos trajó un film denuncia sobre, y espero no sorprender a nadie, dos hombres que se convirtieron en mártires del comunismo en los EE.UU. Una cinta muy convencional formalmente (un proceso y las consecuencias sociales) de un género que nos había sorprendido con cintas infinitamente superiores. En este caso el milagro ocurría tras un fundido en negro, un órgano lentamente nos conduce (como si de una misa se tratara, resaltando la solemnidad)  a la preciosa voz de Joan Baez, un himno sobre los derechos de libertad de sindicación, y en abstracto, que debería tener todo ser humano.


Novecento. 1976.

Olmo y Alfredo ambos nacieron el mismo año: 1901y el mismo día, uno hijo del señor y otro de un bracero. A lo largo del siglo su amistad verá diversas dificultades por los cambios socio-políticos de Italia. Divida en 2 partes Novecento es una obra sin par, llena de excesos (puede que incluso maniquea y actualmente obsoleta). Pero señores ¡Qué excesos! Ver al Gatorpado Lancaster junto a De niro, Depardieu y Sutherland (su personaje se resiente muchísimo como líder de camisas negras, hasta convertirse en una caricatura de éste) o esos planos bucólicos primero y sociales después, o el desconcertante  uso de la violencia y sexo. Más de 4 horas de momentos inolvidables y una banda sonora simplemente excepcional.Esa clase de cine que últimamente, como mínimo, escasea  Puede que el paso del tiempo no haya sido bueno con Novecento pero parafraseando al gran Gasset es : "Una película imborrable".



El profesional. 1981.


Cinta francesa de acción con un Belmondo talludito que demostraba que no había edad  en los thrillers. Una película flojísima pero entretenida y muy simpática. Algún duelo al más puro estilo Leone realzaban el interés. Ante todo destacaba una cosa: Chi-mai. El tema es uno de los mejores de Morricone, utilizado continuamente, se apropiaba de la cinta sin piedad. Al igual que la algo superior "El clan de los sicilianos" supone el uso de un Ennio fuera de Italia pero, por desgracia, de un música que estaba muy por encima del resto de los elementos de las cintas en las que participaba. Disfrutad:


Érase una vez en América. 1984.

Última colaboración entre Leone y Morricone, la película que el primero llevaba años ansiando realizar no podía concebirse sin su músico habitual. Ambos utilizaron sus elementos trasladándolos a la América de un barrio judío y los coqueteos, de los primero niños, con la creación de un organismo criminal. Al igual que "Once upon a time the west" se estrenó con numerosos montajes lo que propició el fracaso en los EEUU (quizás por la incapacidad de comprender lo que se les contaba). También  como aquélla el argumento de "Érase una vez en América" es tan rico (en esta incluso más) que ha dado lugar a diversas interpretaciones -todas relativas al opio y las alucinaciones- muy interesantes sobre la impecable y original construcción del film. Esas interminables llamadas telefónicas, elementos surrealistas unos y otros descarnados, ese imposible alegato sobre la amistad, la inocencia perdida y esos pasteles... esos pasteles. Una cinta tan heterogénea e inmortal que vino acompañado con el mejor Ennio Morricone.


La Misión. 1986.

Tras la imprescindible "Los gritos del silencio", Roland Joffé nos trajó "La Misión" un magnífico reparto nos trasladaba a la América colombina y las misiones de los jesuítas. Mucho se le achacó en su día al discurso antieclésiastico, que no espiritual, alegando que la cinta era rutinaria y aburrida, en parte por la mayor profundidad de la cinta anterior. Mentira, a día de hoy, puede que su discurso siga siendo simplemente estructurado,  formalmente conservador (personajes algo planos y maniqueos, se le acusa) y controvertido en su fondo, pero es ese fondo unido a la fotografía de Chris Menges y la música de Ennio cuando adquiere otro nivel. De Niro al convivir con los nativos por primera vez lee sobre la belleza y la define, suena simple pero todos los elementos en su conjunción se convierte en un momento memorable. Repleta de cortes majestuosos y épicos con coros de nativos  e instrumentos completamente nuevos para el celuloide Morricone compuso una de las mejores bandas sonoras jamás realizadas. Especialmente curiosa la de la siguiente secuencia. En ésta el autor tuvo que lidiar con que ya se había grabado cuando el no había compuesto todavía el corte respectivo. La escena mostraba magistralmente el primer contacto entre el jesuita Irons con los nativos, éste valiéndose de un instrumento mostraba al nivel más simple el arte a los "salvajes" en una escena hipnótica. El problema con el que tuvo que lidiar Morricone era que en la escena se veía a Irons tocar sin to ni son áquel instrumento de viento y tuvo que adaptar la música a lo hecho por Irons con el siguiente resultado:

Aquí os dejo con el corte completo:



Los Intocables de Elliot Ness. 1987.

Curiosa la cinta que se marcó De Palma aquí. Vestuario, música, fotografía y dirección impecables para un guión que titubeaba entre la completa seriedad y la aventura algo más frívola -con un homenaje para mi gusto poco afortunado a Potemkin- con no pocas irregularidades y salidas de tono. Aún así es un cinta completamente recomendable para pasar un muy buen rato (también aquí  sale De Niro pero en una de sus peores interpretaciones). Pese a que el tema más conocido de Morrcione es el de las escenas de acción, prefiero elegir por su lirismo el siguiente, que acompaña las escenas de drama y muerte (con las mejores interpretaciones de Costner y Connery):


Cinema Paradiso. 1988.

Una pequeña maceta y el mediterráneo de fondo, poco a poco nos introduce en una pequeña habitación de una modesta casa en la costa italiana acompañada por las notas de Ennio. La sencilla cinta de Tornatore es el homenaje definitvo al 7º arte; una historia conmovedora con unos personajes inquebrantables nos recordó que es, o creíamos que era, vivir. Al igual que en otras cintas Morricone arma perfectamente la película resaltando la alegría, nostalgia y también la inmensidad de un idílico pueblo bañado por el mar donde la gran afición es el cine que con el paso del tiempo imposible será volver a verlo bajo dicha mirada.


1900 Leyenda del pianista en el oceáno. 1998.

Muy notable cinta con un genial Tim Roth. Abarca las aventuras de un joven concebido  un barco que es lo único que conoce con grandes destrezas para el piano. Una banda sonora suave y ligera acompaña una película sincera y entrañable pero no memorable. Merece la pena rememorarla ya que, pese a no ser muy antigua, sí ha sido bastanate olvidada. También dirigida por el irregular Tornatore. Lo mejor de la cinta, sin duda, los duelos a piano de Roth y la fascinación que su figura provoca.




Bonus track: Kill Bill Vol 1-2. 2003/2004. 


El admirador confeso de Morricone (entre tantos miles), Quentin Tarantino homenajeó en Kill Bill su obra, a base de utilizar muchos de los temas más emblemáticos del Spaghetti Western que había compuesto el italiano.Son multitud de temas de artistas conocidos los que suenan aquí  ( Banda aparte o el Twisted nerve). Pero entre tanto homenaje Tarantino consigue algo inédito, es capaz de usar a Morricone mejor de lo que este había sido usado en buena parte de esas cintas por unos directores muy inferiores y con menos medios. Destaco esta cinta y no "Malditos bastardos" no sólo por su mejor uso aquí de las composiciones del italiano sino por los muy superiores resultados de esta cinta a la "bélica" (por mucho que os moleste). En concreto, esta pieza suena en esa épica escena donde la novia trata de huir del entierro a la  mexicana utilizando las técnicas del malvado maestro Taipei. Utilizada originalmente en la italiana "El mercenario" de 1968.

Bueno, eso es todo, no se vosotros pero ¡Vaya tarde más buena escuchando a il "maestro"!

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