martes, 2 de octubre de 2012

Análisis: Los Juegos del Hambre.




Las cabezas flotantes llegan a "Los Juegos del Hambre".



No es el único con aspecto rockero del film,
 de hecho es de los más comedidos.
Uno de los más grandes e importantes blockbusters del año llega a este blog. Es curioso hablar de este film ahora cuando se están estrenando films mucho más interesantes, pero dado su carácter entretenido y comercial puede ser un buen descanso entre Woody y Dominik, o entre Verdú y Rochefort. "Los Juegos del Hambre" se basa en uno de los últimos grandes bestsellers escrito por Suzanne Collins. El guión gira entorno a una competición en la que unos aspirantes (normalmente forzados) en representación de sus distritos luchan a vida o muerte para ganar un juego macabro y cruel. Está protagonizado por una más que notable Jennifer Lawrence, niña pueblerina muy sufrida que se ofrece voluntaria para evitar que un ser querido vaya a estos juegos y  por Josh Hutcherson como representante masculino del distrito. En el resto del elenco hay muchas caras muy conocidas como  Donald Sutherland que hace de presidente en funciones y apenas tiene peso en la trama (parece ser que lo va a ir ganando progresivamente en la saga), Stanley Tucci hace de presentador cínico, papel algo más aprovechado pero podía haberse explotado más. Mejores utilizados están Woody Harrelson -haciendo un papel que ya ha interpretado más de una vez-, Elizabeth Banks (pese al vestuario y maquillajes excesivos), y la novedad: Lenny Kravitz, el cual tiene una presencia que inunda la pantalla pero es limitadito como actor. Hay más actores jóvenes muy conocidos y algún pseudo-cameo como el de Toby Jones.





Stanley Tucci tras visionar la cinta.

Premio a la peor barba de la
decáda.

Uno de los aspectos más interesantes es su ambientación y es que pese a estar situada en un futuro cercano se juega con elementos interesantes a la hora de diferenciar los estratos sociales. Por un lado los distritos pobres y oprimidos se muestran representados por los grandes oprimidos de la historia americana, los negros que sufrieron el racismo o los sobreexplotados mineros. Aquí la fotografía busca siempre el realismo con tonos apagados y unos personajes sometidos a la rueda del destino que implacablemente se cierne sobre ellos. Por otro lado las clases altas han progresado, sus edificios son una evolución del utilitarismo del arte moderno y los interiores son histrionicos con combinaciones de colores imposibles. Así lo es también su vestuaria que combina con acierto trajes inspirados en la Inglaterra Victoriana saturados con colores no ya sólo bizarros sino completamente extravagantes, el problema es que en ocasiones afectan al verismo de los interpretes provocando alguna risa involuntaria, como en los casos de Elizabeth Banks oWes Bentley (y su barba recortada que nunca olvidarás). A está sociedad frívola y modernizada  se le hace una crítica abismal desde la manipulación de medios y personas, mediante el brutal reality excusado en una herida social como es la guerra. También es interesante como se manipula a los concursantes, que pueden ser observados en un doble viso tanto como el pueblo ve a sus iconos y también como estos son productos de un artificio por parte de sus productores haciéndoles perder su identidad.



Contraste desmesurado casi de cómic entre
ricos/pobres.


 Destaco una escena en la que la protagonista descubre que en la capital la tecnología ha avanzado de tal manera que se puede modificar a través de las ventanas. Mediante un muro-cortina el autor nos muestra como con un mando ésta puede volver a los bosques de su distrito natal. Pese a que el film abusa de los planos cortos -como la mayoría de las superproducciones- hay escenas destacables y bien resueltas, por ejemplo: mientras la competición se nos muestra la pantalla divida en 3, cada una con las reacciones de un personaje y con un ingenioso travelling nos cercioramos que ese encuadre es realmente una pantalla desde donde se televisa (insertando en el contexto un elemento clásico con cierta gracia). Eso sí,  la dirección peca de ser efectista y siempre trasmite más por los FX o la banda sonora de Newton Howard que por las situaciones que se generan. Uno de los muchos problemas de la cinta se debe a que no siempre se profundiza en todo lo que se expone y siempre es de un modo maniqueo e hipócrita. Los ricos son temibles, los pobres unos santos. La sociedad siempre corrompida, etc. Y aunque lo hace con cierta gracia realmente es simplón, eso sí puede funcionar para los no aficionados al género como un estimulo para acabar visionando obras como "2001","Blade Runner", "Solaris", "Farenheit 451" o "Alien". Cabe reseñar lo agradable que resulta en este caso la inversión de papeles clásica de hombre/mujer. Aquí es Lawrence la que tiene gallardía y determinación mientras que Hutcherson usa su picardía y dotes sociales para sobrevivir. Son numerosos los errores de guión del tipo: ella encuentra a su "amado" camuflado en el río  pero debido a la imposibilidad de éste para hacerlo, tanto por materiales como por su estado físico queda absolutamente rídiculo. La película tiene bastantes fallos de guión más que rompen un poco con la inmersión de ésta . Quizás la novela resuelva mejor estas carencias o se profundice más en los temas más destacables pero  grosso modo da la sensación de no  ser una gran obra.


La "Rambo" cogió su arco.



El film se acoge en muchos aspectos a estas sagas actuales con su historia romántica y para un público muy teen. Esto provoca la que para mí es la mayor carencia de todas, el trato de la violencia. El film es completamente manso en estos menesteres destruyendo la ambientación en buena medida. Es justo lo contrario que la "Batlle Royale" que protagonizó Kitano -inspirada en el homónimo anime- con la que guarda un innumerable numero de similitudes. Mientras la factura técnica de ésta es muy buena pero aquella con su uso desmesurado de la violencia -en muchos momentos con humor, algo que aquí tampoco tendremos durante las 2 horas y 20 min que dura- tenía mucho más impacto y acentuaba mucho más la sátira. También se ve como el fuego revoucionario e incendiario que necesita esta obra ha sido capado para futuras entregas, y queda reducidos a itsmos escasos como el levantamiento de un distrito. Hay que añadir lo predecible del guión y la videojueguización del film conforme más avanaza, de hecho funciona por estructura y formas de manera parecida por ejemplo: la inserción de fuegos o animales virtualmente peor que afecta a la competeción, eso sí no se profundiza más allá de las estética. No tengo ninguna intención de repetir con su secuela, funciona bastante bien  como entretenimiento, pero cinematográfica no es demasiado destacable. Es necesario acabar reseñando lo poco original que es el film y lo muy inspirada que esta en cintas y novelas de este género u otros como: "Perseguido", "Rollerball", "Acorralado", "1984", "Un mundo feliz" y muchas más.



Futurible menàge a trois del que no quiero saber nada,
 Jules et Jim  tampoco.





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